En el año de 1500, un joven pasajero procedente de España desembarcaba en el Puerto de Darién sin objeto determinado, pero ávido de adquirir gloria y fortuna en las frecuentes exploraciones de los países recientemente descubiertos, de nombre Fernando o Hernando y más comúnmente llamado Hernán Cortés. Había nacido en Medellín en el año de 1485; de padres nobles, pero muy pobres económicamente.
Estudió humanidades, bajo cuya denominación se entendía en aquel tiempo literatura y filosofía, además de graduarse en derecho en la Universidad de Salamanca. Gracias a la protección de su pariente Nicolás de Obando, gobernador de las islas españolas, figuró en algunas expediciones dirigidas a explorar aquellos remotos países. Formó parte, entre otras, de la que capitaneaba Diego Velázquez, con quien marchó a Cuba.
Casi al mismo tiempo que regresaba a Cuba la expedición bajo las órdenes de Velázquez, gobernador de la isla, hacía lo propio otra que, al mando de Juan de Grijalva, intrépido soldado y excelente marino, había ¡do a explorar los mares del golfo de Yucatán llevando consigo gran cantidad de oro y la noticia de la existencia en aquellas regiones de un gran imperio, tan rico como civilizado.
Tan pronto como se pudo, el gobernador organizó otra expedición. Hernán Cortés, que a la sazón vivía en Santiago de Cuba en compañía de doña Catalina Juárez, su esposa, a quien la historia califica de hermosa, fue nombrado capitán de ella.
Receloso Velázquez y dando oídos a los envidiosos y descontentos, quiso impedir la marcha de Cortés, pero éste reunió su tropa sigilosamente en el muelle y con ella se embarcó, sin esperar la aurora el 18 de noviembre de 1518. El gobernador de Cuba conocía perfectamente a Cortés y sabiendo que por la fuerza nada adelantaría, no se atrevió a perseguirlo.
Removiendo obstáculos, arrollando a sus enemigos, difundiendo la luz del Evangelio y derribando ídolos, caminó Cortés triunfante hacia la capital de México. Entrando en el río de Tabasco (Grijalva) pensó llegar a la ciudad de este nombre, donde creía ser recibido amistosamente como lo fuera Grijalva antes que él, pero no sucedió así. Fue entonces cuando se apresuró a tomar posesión de aquellos territorios en nombre del rey de España y mandó edificar junto a la costa, la fortaleza de la Vera Cruz. Prosiguiendo su marcha los conquistadores, vencen a los tlaxcaltecas, que eran una república independiente y los convierten en sus aliados contra Moctezuma, el emperador de México.
Moctezuma, sentado en un sillón de oro, colocado en unas andas de igual precioso metal, salió al encuentro del conquistador y con él entra en la magnífica capital, población de 20 mil casas, guarnición numerosa, disciplinada y práctica en las artes de la guerra. Y aunque el emperador da al conquistador todo género de satisfacciones, Cortés pone en sus manos unos grillos al poderoso Moctezuma y lo lleva preso al cuartel de los españoles.
Poco tiempo después llegó a México el teniente de Velázquez, Pánfilo de Narváez, seguido de 1,400 hombres con objeto de aprisionar a Cortés, llevarlo a Cuba y someterlo al fallo de un consejo. El conquistador, dejando en la capital parte de sus fuerzas, salió al encuentro de Narváez con sólo 250 soldados, sorprendiéndolo y derrotándolo sin esfuerzo.
Cuando regresó a la ciudad se encontró con la sorpresa de que los mexicanos aprovecharon su ausencia, teniendo sitiado el cuartel de los españoles. Moctezuma se asomó a la ventana para arengar a los suyos; en aquel instante una piedra le dio en la cabeza. Poco después, los mexicanos al saber que había muerto su emperador, proclamaron a un hermano de Moctezuma, llamado Cuitláhuac.
La sangre volvió a correr por las calles de México y Cortés, que veía caer a sus soldados sin poder evitar el destrozo, decidió abandonar la ciudad. Algún tiempo después recibió algunos refuerzos de España, y al frente de 3,000 soldados y de un cuerpo auxiliar de 10 mil hombres que le dieron los tlaxcaltecas, volvió sobre la capital del imperio. Para entonces, Cuitláhuac había muerto de viruela, sucediéndole en el trono un sobrino de Moctezuma, llamado Cuauhtémoc.
El nuevo emperador, que era joven y tenía instintos bélicos, se preparó para la guerra, pero fue vencido y hecho prisionero por Cortés, quien al cabo de tres años de cautiverio y de haberlo sometido al tormento, lo mandó ahorcar acusándolo de haber tomado parte en una conspiración. El 13 de agosto de 1521, México quedó definitivamente en poder de España.
Sus conquistas y nuevos descubrimientos valieron a Cortés el nombramiento de capitán general de la Nueva España, inmensos territorios y un recibimiento triunfal en Toledo, donde le esperaba Carlos V.
Cierto día en que el rey salía de su palacio, se acercó al estribo de su carroza un caballero de luenga y poblada barba blanca; se trataba de Hernán Cortés que, pobre y desvalido, moriría poco después.
Falleció en 1547 en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla. Para vivir eternamente, como dice un historiador y por la fama de sus hechos, su cuerpo fue trasladado a América, donde actualmente descansa.
domingo, 28 de junio de 2015
sábado, 27 de junio de 2015
Biografia Corta de Leonardo da Vinci
Pintor, humanista e inventor italiano, arquetipo del "hombre universal". Nació en Vinci el 15 de abril de 1452. Fue hijo "natural" de un burgués, Piero di Antonio da Vinci y de una tal Catalina, que posteriormente contraería matrimonio con persona distinta al padre de su hijo. Pasó toda su infancia en la casa paterna. La familia se trasladó a Florencia alrededor de 1469, año en que el artista está ya documentado en el taller de Andrea del Verrocchio, junto a futuros grandes pintores, como Botticelli, Perugino, Ghirlandaio, etc.
En 1472 consta ya como miembro del gremio de pintores, aunque continúa trabajando en el taller de su maestro hasta 1476. Allí pinta, según Vasari, la figura de un ángel en el Bautismo de Cristo de Verrocchio (Uffizi, Florencia). No obstante, su primera obra cierta es un dibujo de 1473, Paisaje (Uffizi).
El primer periodo de la obra de Leonardo se desarrolla en Florencia, desde la salida del taller de Verrocchio hasta 1482. De esta época juvenil son el Retrato de Ginebra dei Venci (1474-1476, National Gallery, Washington); Anunciación (1478, Museo del Louvre); Muerte en la horca de Bernardo di Bandino Baroncelli, asesino de Giuliano de Médicis (dibujo de 1479, Museo Bonnat, Bayona); San Jerónimo (1480, Pinacoteca Vaticana) y la tabla contratada para la iglesia de San Donato de Scopeto, que nunca llegaría a acabar. Se trata de la Adoración de los Magos (1481, Uffizi) donde, además de una renovación total de la iconografía, emplea fórmulas nuevas que habían de ser imitadas continuamente. En 1480 se emancipó de sus padres y entró al servicio de Lorenzo de Médicis, el Magnífico.
A principios de 1482, o tal vez en fecha más temprana, Leonardo dirige una carta a Ludovico el Moro. En ella pondera su capacidad en diversos aspectos de las artes y de las ciencias y le ofrece sus servicios, que son aceptados. Parece que el motivo principal es la fundición de un monumento ecuestre a Francesco Sforza, en el que ha de ocuparse durante quince años y que, por las vacilaciones y el perfeccionismo del artista, nunca llega a concluirse.
En la evolución de este periodo es importante su amistad con el humanista Bernardino Zenale quien, seguramente, le hizo meditar sobre problemas pictóricos como el claroscuro o la perspectiva aérea. El 25 de abril de 1483 comenzó, en colaboración con otros dos pintores, La Virgen de Las Rocas (Museo del Louvre), uno de los más altos ejemplos de la composición cerrada renacentista y del esfumado leonardesco. De esta obra, que fue pasada a lienzo a principios del siglo xix, hay una réplica más tardía (National Gallery, Londres).
Hacia 1497, y para el refectorio de Santa María delle Grazie, pinta el fresco de La Santa Cena, hoy muy maltratado por el tiempo, diversas agresiones y, sobre todo, por la propia técnica del pintor que ensayó nuevos aglutinantes que se han mostrado muy poco estables. Tras la caída de Ludovico el Moro y la conquista de Milán por Luis XII de Francia, Leonardo dejó la ciudad (1499).
Se dirigió primero a Mantua, donde retrató a Isabel de Este. Se trata en realidad de un boceto sobre cartón, realizado al carbón con pastel (1500, Museo del Louvre), preparatorio para el retrato definitivo, que nunca llegó a realizar. A continuación estuvo en Venecia y, por fin, se estableció de nuevo en Florencia. Allí realizó al carbón para Santa Ana, La Virgen y el Niño (National Gallery, Londres). En 1502 se trasladó a Roma, donde estuvo al servicio de César Borgia, ocupándose de temas de arquitectura e ingeniería militares durante las campañas de éste en el norte de Italia. En la primavera de 1503 se encuentra de nuevo en Florencia y emprende la realización del carbón para la Batalla de Anghiari, hoy totalmente perdido. No obstante, la conocemos por copias parciales del cartón, realizadas por diversos pintores. Pertenece a la misma época del celebérrimo retrato de la Mona Lisa o La Gioconda (Museo del Louvre), cuya influencia en el retrato del Renacimiento fue decisiva y del que existen varias copias (Museo del Prado, etc.). También por entonces trabaja en una famosa Leda, hoy perdida pero transmitida por las copias de sus seguidores.
El 9 de julio de 1506 murió su padre. Por esas fechas realizó un viaje a Roma y pintó, probablemente, el Baco (Museo del Louvre), aunque parte de la crítica lo considera posterior. Antes de terminar el año volvió a Milán al servicio de Carlos II de Chaumont, mariscal de Amboise, nombrado por Luis XII de Francia, gobernador del ducado. En septiembre de 1507, por motivos de una herencia, pasó seis meses en Florencia. Regresó a Milán en julio de 1508. Allí se consagró preferentemente a estudios matemáticos y geológicos. Realizó importantes estudios de anatomía. Trabajó en los dibujos preparatorios para el Monumento ecuestre a dan Giacomo Trivalzio (Windsor Castle, Londres) y continuó su preparación para La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana, que conservó hasta su muerte (National Gallery, Londres). El 24 de septiembre de 1513, Leonardo, con dos discípulos, marchó a Roma para entrar al servicio de Giuliano de Médicis, hermano de León X. De este periodo es el magnífico y desconcertante San Juan Bautista (Museo del Louvre).
El 17 de marzo de 1516 murió Guliano y Leonardo aceptó la hospitalidad de Francisco I de Francia en el castillo de Cloux (Amboise). Allí continuó sus estudios técnicos y científicos. Otorgó testamento el 23 de abril de 1519 y falleció el 2 de mayo. Fue sepultado, según sus deseos, en el claustro de la iglesia de Cloux. Más tarde, durante las guerras de religión, se dispersaron sus cenizas.
Leonardo fue precursor de muchos inventos y un gran observador de la naturaleza, que profundizó en numerosas materias: geología, astronomía, teoría de la pintura, etc. Sólo parte de su inmensa obra ha llegado hasta nosotros a través de las miles de páginas de sus códices: Códice atlántico (Biblioteca Ambrosiana, Milán); Láminas de anatomía (Windsor Castle, Londres); Diseños del vuelo de los pájaros (Biblioteca Ambrosiana, Milán); Tratados de fortificación, estática, mecánica y geometría (Biblioteca Nacional, Madrid).
En 1472 consta ya como miembro del gremio de pintores, aunque continúa trabajando en el taller de su maestro hasta 1476. Allí pinta, según Vasari, la figura de un ángel en el Bautismo de Cristo de Verrocchio (Uffizi, Florencia). No obstante, su primera obra cierta es un dibujo de 1473, Paisaje (Uffizi).
El primer periodo de la obra de Leonardo se desarrolla en Florencia, desde la salida del taller de Verrocchio hasta 1482. De esta época juvenil son el Retrato de Ginebra dei Venci (1474-1476, National Gallery, Washington); Anunciación (1478, Museo del Louvre); Muerte en la horca de Bernardo di Bandino Baroncelli, asesino de Giuliano de Médicis (dibujo de 1479, Museo Bonnat, Bayona); San Jerónimo (1480, Pinacoteca Vaticana) y la tabla contratada para la iglesia de San Donato de Scopeto, que nunca llegaría a acabar. Se trata de la Adoración de los Magos (1481, Uffizi) donde, además de una renovación total de la iconografía, emplea fórmulas nuevas que habían de ser imitadas continuamente. En 1480 se emancipó de sus padres y entró al servicio de Lorenzo de Médicis, el Magnífico.
A principios de 1482, o tal vez en fecha más temprana, Leonardo dirige una carta a Ludovico el Moro. En ella pondera su capacidad en diversos aspectos de las artes y de las ciencias y le ofrece sus servicios, que son aceptados. Parece que el motivo principal es la fundición de un monumento ecuestre a Francesco Sforza, en el que ha de ocuparse durante quince años y que, por las vacilaciones y el perfeccionismo del artista, nunca llega a concluirse.
En la evolución de este periodo es importante su amistad con el humanista Bernardino Zenale quien, seguramente, le hizo meditar sobre problemas pictóricos como el claroscuro o la perspectiva aérea. El 25 de abril de 1483 comenzó, en colaboración con otros dos pintores, La Virgen de Las Rocas (Museo del Louvre), uno de los más altos ejemplos de la composición cerrada renacentista y del esfumado leonardesco. De esta obra, que fue pasada a lienzo a principios del siglo xix, hay una réplica más tardía (National Gallery, Londres).
Hacia 1497, y para el refectorio de Santa María delle Grazie, pinta el fresco de La Santa Cena, hoy muy maltratado por el tiempo, diversas agresiones y, sobre todo, por la propia técnica del pintor que ensayó nuevos aglutinantes que se han mostrado muy poco estables. Tras la caída de Ludovico el Moro y la conquista de Milán por Luis XII de Francia, Leonardo dejó la ciudad (1499).
Se dirigió primero a Mantua, donde retrató a Isabel de Este. Se trata en realidad de un boceto sobre cartón, realizado al carbón con pastel (1500, Museo del Louvre), preparatorio para el retrato definitivo, que nunca llegó a realizar. A continuación estuvo en Venecia y, por fin, se estableció de nuevo en Florencia. Allí realizó al carbón para Santa Ana, La Virgen y el Niño (National Gallery, Londres). En 1502 se trasladó a Roma, donde estuvo al servicio de César Borgia, ocupándose de temas de arquitectura e ingeniería militares durante las campañas de éste en el norte de Italia. En la primavera de 1503 se encuentra de nuevo en Florencia y emprende la realización del carbón para la Batalla de Anghiari, hoy totalmente perdido. No obstante, la conocemos por copias parciales del cartón, realizadas por diversos pintores. Pertenece a la misma época del celebérrimo retrato de la Mona Lisa o La Gioconda (Museo del Louvre), cuya influencia en el retrato del Renacimiento fue decisiva y del que existen varias copias (Museo del Prado, etc.). También por entonces trabaja en una famosa Leda, hoy perdida pero transmitida por las copias de sus seguidores.
El 9 de julio de 1506 murió su padre. Por esas fechas realizó un viaje a Roma y pintó, probablemente, el Baco (Museo del Louvre), aunque parte de la crítica lo considera posterior. Antes de terminar el año volvió a Milán al servicio de Carlos II de Chaumont, mariscal de Amboise, nombrado por Luis XII de Francia, gobernador del ducado. En septiembre de 1507, por motivos de una herencia, pasó seis meses en Florencia. Regresó a Milán en julio de 1508. Allí se consagró preferentemente a estudios matemáticos y geológicos. Realizó importantes estudios de anatomía. Trabajó en los dibujos preparatorios para el Monumento ecuestre a dan Giacomo Trivalzio (Windsor Castle, Londres) y continuó su preparación para La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana, que conservó hasta su muerte (National Gallery, Londres). El 24 de septiembre de 1513, Leonardo, con dos discípulos, marchó a Roma para entrar al servicio de Giuliano de Médicis, hermano de León X. De este periodo es el magnífico y desconcertante San Juan Bautista (Museo del Louvre).
El 17 de marzo de 1516 murió Guliano y Leonardo aceptó la hospitalidad de Francisco I de Francia en el castillo de Cloux (Amboise). Allí continuó sus estudios técnicos y científicos. Otorgó testamento el 23 de abril de 1519 y falleció el 2 de mayo. Fue sepultado, según sus deseos, en el claustro de la iglesia de Cloux. Más tarde, durante las guerras de religión, se dispersaron sus cenizas.
Leonardo fue precursor de muchos inventos y un gran observador de la naturaleza, que profundizó en numerosas materias: geología, astronomía, teoría de la pintura, etc. Sólo parte de su inmensa obra ha llegado hasta nosotros a través de las miles de páginas de sus códices: Códice atlántico (Biblioteca Ambrosiana, Milán); Láminas de anatomía (Windsor Castle, Londres); Diseños del vuelo de los pájaros (Biblioteca Ambrosiana, Milán); Tratados de fortificación, estática, mecánica y geometría (Biblioteca Nacional, Madrid).
viernes, 26 de junio de 2015
La Biografia de Cristobal Colon
Nació entre los años 1450 y 1451 según los documentos últimamente descubiertos en Génova. El padre de Colón ejerció el oficio de cardador (limpiador) de lana, que era en su tiempo una profesión liberal y casi noble, y como la fortuna le fue adversa, tuvo que emprender algunos pequeños negocios, tales como un establecimiento de quesos y otros semejantes para proporcionarse medios de subsistencia.
Cristóbal, que no sentía ninguna vocación por el oficio de su padre, sabía leer y escribir siendo aún muy niño; después aprendió latín, aritmética, dibujo y pintura. Concurrió algún tiempo a la Universidad de Pavía, donde, siguiendo su inclinación por las ciencias útiles para la vida marítima, estudió geometría, geografía, astronomía y el arte de navegar.
Entró al servicio de un famoso marino, que combatía a menudo con los turcos y venecianos, y a su lado se perfeccionó en el arte de la navegación, acostumbrándose a los peligros de las guerras.
Fue un desastre lo que arrojó a Colón a las islas de Portugal, donde podría realizar sus grandiosos proyectos. Cristóbal Colón se casó con la hija de Bartolomé Perestrello, colonizador y gobernador de Puerto Santo, y con éste pasó a aquella isla, donde le sería más fácil dedicarse a los estudios de su preferencia.
Muerto su suegro, Colón estudió los papeles, mapas, diarios y apuntes que dejó aquel distinguido navegante. Se naturalizó en Portugal y tomó parte en varias expediciones por la costa de Guinea, adquiriendo así mayor práctica de la navegación.
Habitó algún tiempo en la Isla de Puerto Santo, donde su mujer tuvo un hijo al que llamaron Diego y allí, frente a la inmensidad del océano, debió germinar en su mente la idea de encontrar la India navegando hacia Occidente. Las noticias que recibía de los viajeros que llegaban de Guinea, los relatos de los navegantes portugueses y el examen de la obra de Pedro de Ailly, en que se afirmaba la existencia de desconocidas tierras en Occidente también fueron poderosos motivos.
Para entonces ofreció sus servicios a Juan II, quien acababa de subir al trono de Portugal, para llegar a las Indias por la vía de Occidente. El rey sometió el proyecto a una comisión de astrónomos que lo rechazó unánimemente como absurdo. Viudo ya Colón, cargado de deudas y careciendo de lo más necesario para la vida, salió secretamente de Lisboa para dirigirse a España, donde comenzó una dolorosa peregrinación pidiendo ayuda para su proyecto, sin obtener mejores resultados que en Portugal.
Volvió a España después de algunos viajes, donde a fuerza de instancias y súplicas, supo inspirar al alma grande de Isabel la Católica. Consiguió, al fin, después de la conquista de Granada, que se le confiara una escuadrilla compuesta de tres carabelas: la "Santa María", la mayor de todas, mandada por el propio Colón que había sido nombrado almirante; la "Pinta", la más ligera, a cargo de Martín Alonso Pinzón, y la "Niña", de velas latinas al mando de Vicente Yáñez Pinzón.
El 13 de agosto de 1492 partió la escuadrilla de Puerto de Palos en un viaje tan largo. La madrugada del viernes 12 de octubre de 1422, se descubría, no las Indias que buscaba Colón, sino un nuevo continente, que después se llamó América.
El viaje de vuelta fue más desgraciado que el de ida y Colón, obligado por la dureza de los temporales, tuvo que desembarcar en las Azores. Otra tempestad le obligó a arribar a Lisboa y, como si no bastaran los obstáculos opuestos por la naturaleza, estuvo cerca de ser asesinado en Portugal. Finalmente llegó a España el 15 de marzo del mismo año, donde recibieron a Colón con gran júbilo. De inmediato se puso en camino hacia Barcelona para encontrarse con los reyes.
A mediados de abril llegó Colón a Barcelona. Aquel mismo año, emprendió el segundo viaje, en que descubrió Jamaica, Guadalupe y otras islas, y exploró Cuba, comenzando así la colonización. Tres años empleó en su segundo viaje, regresando a España en 1496.
Para 1498 volvió a los países descubiertos. Recorrió las costas de América, desde el Orinoco hasta Caracas y tuvo que reprimir sediciones y enviar a España a varios descontentos que dieron lugar, con sus calumnias, a las acusaciones de sus enemigos y de los envidiosos. Los reyes católicos decidieron nombrar al comendador don Francisco de Bobadilla para que investigara todo lo que fuera cierto acerca de que Colón practicaba la barbarie. Aquel hombre violento y brutal cometió la infamia de enviar a Europa preso y cargado de cadenas al gran navegante, a quien España debía un nuevo mundo. Ni Fernando ni Isabel aprobaron el proceder de Bobadilla; mandaron que Colón fuera puesto de inmediato en libertad.
Aún pudo Colón emprender un nuevo viaje en 1502, pero, como le fue prohibido tocar tierra en la Nueva España, se vio obligado a vagar por aquellos mares que descubriera su audacia, sin tener un asilo en aquel lugar, cuya existencia sólo él había presentido. Obligado por las tempestades y no pudiendo refugiarse en ningún puerto amigo tuvo que hacerlo en una de las bahías de Jamaica. Cuando regresó a España había muerto su protectora, la reina Isabel, por tanto, don Fernando no hizo caso de sus súplicas y reclamaciones, y el descubridor de América murió en Valladolid el 20 o 21 de mayo de 1506, ignorante de la verdadera grandeza de su descubrimiento.
Cristóbal, que no sentía ninguna vocación por el oficio de su padre, sabía leer y escribir siendo aún muy niño; después aprendió latín, aritmética, dibujo y pintura. Concurrió algún tiempo a la Universidad de Pavía, donde, siguiendo su inclinación por las ciencias útiles para la vida marítima, estudió geometría, geografía, astronomía y el arte de navegar.
Entró al servicio de un famoso marino, que combatía a menudo con los turcos y venecianos, y a su lado se perfeccionó en el arte de la navegación, acostumbrándose a los peligros de las guerras.
Fue un desastre lo que arrojó a Colón a las islas de Portugal, donde podría realizar sus grandiosos proyectos. Cristóbal Colón se casó con la hija de Bartolomé Perestrello, colonizador y gobernador de Puerto Santo, y con éste pasó a aquella isla, donde le sería más fácil dedicarse a los estudios de su preferencia.
Muerto su suegro, Colón estudió los papeles, mapas, diarios y apuntes que dejó aquel distinguido navegante. Se naturalizó en Portugal y tomó parte en varias expediciones por la costa de Guinea, adquiriendo así mayor práctica de la navegación.
Habitó algún tiempo en la Isla de Puerto Santo, donde su mujer tuvo un hijo al que llamaron Diego y allí, frente a la inmensidad del océano, debió germinar en su mente la idea de encontrar la India navegando hacia Occidente. Las noticias que recibía de los viajeros que llegaban de Guinea, los relatos de los navegantes portugueses y el examen de la obra de Pedro de Ailly, en que se afirmaba la existencia de desconocidas tierras en Occidente también fueron poderosos motivos.
Para entonces ofreció sus servicios a Juan II, quien acababa de subir al trono de Portugal, para llegar a las Indias por la vía de Occidente. El rey sometió el proyecto a una comisión de astrónomos que lo rechazó unánimemente como absurdo. Viudo ya Colón, cargado de deudas y careciendo de lo más necesario para la vida, salió secretamente de Lisboa para dirigirse a España, donde comenzó una dolorosa peregrinación pidiendo ayuda para su proyecto, sin obtener mejores resultados que en Portugal.
Volvió a España después de algunos viajes, donde a fuerza de instancias y súplicas, supo inspirar al alma grande de Isabel la Católica. Consiguió, al fin, después de la conquista de Granada, que se le confiara una escuadrilla compuesta de tres carabelas: la "Santa María", la mayor de todas, mandada por el propio Colón que había sido nombrado almirante; la "Pinta", la más ligera, a cargo de Martín Alonso Pinzón, y la "Niña", de velas latinas al mando de Vicente Yáñez Pinzón.
El 13 de agosto de 1492 partió la escuadrilla de Puerto de Palos en un viaje tan largo. La madrugada del viernes 12 de octubre de 1422, se descubría, no las Indias que buscaba Colón, sino un nuevo continente, que después se llamó América.
El viaje de vuelta fue más desgraciado que el de ida y Colón, obligado por la dureza de los temporales, tuvo que desembarcar en las Azores. Otra tempestad le obligó a arribar a Lisboa y, como si no bastaran los obstáculos opuestos por la naturaleza, estuvo cerca de ser asesinado en Portugal. Finalmente llegó a España el 15 de marzo del mismo año, donde recibieron a Colón con gran júbilo. De inmediato se puso en camino hacia Barcelona para encontrarse con los reyes.
A mediados de abril llegó Colón a Barcelona. Aquel mismo año, emprendió el segundo viaje, en que descubrió Jamaica, Guadalupe y otras islas, y exploró Cuba, comenzando así la colonización. Tres años empleó en su segundo viaje, regresando a España en 1496.
Para 1498 volvió a los países descubiertos. Recorrió las costas de América, desde el Orinoco hasta Caracas y tuvo que reprimir sediciones y enviar a España a varios descontentos que dieron lugar, con sus calumnias, a las acusaciones de sus enemigos y de los envidiosos. Los reyes católicos decidieron nombrar al comendador don Francisco de Bobadilla para que investigara todo lo que fuera cierto acerca de que Colón practicaba la barbarie. Aquel hombre violento y brutal cometió la infamia de enviar a Europa preso y cargado de cadenas al gran navegante, a quien España debía un nuevo mundo. Ni Fernando ni Isabel aprobaron el proceder de Bobadilla; mandaron que Colón fuera puesto de inmediato en libertad.
Aún pudo Colón emprender un nuevo viaje en 1502, pero, como le fue prohibido tocar tierra en la Nueva España, se vio obligado a vagar por aquellos mares que descubriera su audacia, sin tener un asilo en aquel lugar, cuya existencia sólo él había presentido. Obligado por las tempestades y no pudiendo refugiarse en ningún puerto amigo tuvo que hacerlo en una de las bahías de Jamaica. Cuando regresó a España había muerto su protectora, la reina Isabel, por tanto, don Fernando no hizo caso de sus súplicas y reclamaciones, y el descubridor de América murió en Valladolid el 20 o 21 de mayo de 1506, ignorante de la verdadera grandeza de su descubrimiento.
jueves, 25 de junio de 2015
Biografia de Carlos Marx
Filósofo alemán, economista y teórico del socialismo científico, opuesto al socialismo idealista. Nació en Tréveris, Renania, el 5 de mayo de 1818. Aunque su familia era de ascendencia judía, su padre se convirtió al protestantismo, lo que influyó en él, pues da mayor independencia frente a la tradición judía. Su primera formación intelectual la recibió del barón Ludwig von Westphalen, aristócrata ilustrado y liberal, cuya hija Jenny fue el único y gran amor de Marx.
Las primeras inclinaciones de Carlos son inequívocamente literarias y sus actitudes puramente románticas. A los 17 años es enviado a estudiar derecho a la Universidad de Bonn, ciudad donde el joven llevó una vida borrascosa y alegre, llegando incluso a batirse en duelo. Regresó a Tréveris y poco después lo envió su padre a Berlín para seguir sus estudios. Allí se dedicó a la lectura intensamente y tomó contacto con la izquierda hegeliana. Su vocación seguía siendo literaria, pero empezó a captar algo que le impulsó en una búsqueda sin descanso, algo más importante que él y que no sabía qué era exactamente.
La crisis que se provocó en él a raíz de la enfermedad en la que cayó fue decisiva para su vida. Destruyó todos sus proyectos literarios y tomó plena conciencia de la contradicción existente entre la realidad y el ideal, y reaccionó contra la filosofía especulativa; le embargó plenamente el sentimiento que más tarde manifestó con las palabras: “Los filósofos han interpretado el mundo; hay que transformarlo”. Se sumió, en cambio, en el estudio del sistema hegeliano, del que asimiló la tendencia crítica proyectada hacia la religión, la sociedad y la cultura, y acabó asimilando el método dialéctico. Se planteó ante todo, una doble exigencia: la toma de contacto con la realidad concreta y la modificación activa de esta realidad; comprende que esto implica, necesariamente, una acción política.
En 1 841 obtiene el doctorado con una tesis sobre Demócrito y Epicuro. Siéndole cerradas las puertas de la enseñanza universitaria, se dedicó intensamente al periodismo y trabajó en la Rheinische Zehung, convirtiéndose en su director en 1842. Pero la revista es cerrada por el gobierno. A través de su fundador Hess, Marx captó la importancia del movimiento socialista.
En 1843, año en que se casó con Jenny, marchó a París, donde conoció a los socialistas seguidores de Fourier y Saint-Simon y emprende la crítica del hegelianismo, de la que quedará como válido el método dialéctico. Un año después conoció en París a Federico Engels. Allí comienza a enunciar su visión dialéctica de la historia a través de conceptos como la lucha de clases, así como sus ideas sobre las contradicciones internas del capitalismo. Estas concepciones provienen, al mismo tiempo, del estudio de los historiadores franceses, de la lectura de los socialistas utópicos, de las indicaciones de Engels acerca del capitalismo como estructura económica, y todo ello interpretado dialécticamente.
A partir de 1845, la vida de Marx y su familia es particularmente dura y mísera. La actividad de Carlos difiere esencialmente de la de otros revolucionarios como Bakunin o Blanqui: su estrategia y su táctica política se basan en el análisis teórico y científico. Pese a todo es objeto de detenciones y deportaciones. En 1847 entre él y Engels escriben el Manifiesto comunista, donde presentan una alternativa revolucionaria para resolver las contradicciones propias de la sociedad clasista.
En 1849 se estableció en Londres. De 1850 a 1860, Marx y su familia sufren extremas privaciones: varios de los hijos mueren por la miseria. Sin embargo, Marx no abandonó su actividad febril y Jenny no dejó de apoyarlo en todo momento. Pero las penalidades, el exceso de trabajo y la mala alimentación minaron la salud de Marx y a partir de 1871, su actividad decayó. En septiembre de 1864 había tomado parte organizativa en la formación de la Primera Internacional —a la que dotó de su objetivo principal: abolir el capitalismo—, y de 1865 a 1871 dedicó a ella todos sus esfuerzos. Sus escritos principales son La miseria de la filosofía, Manifiesto comunista, Crítica al programa de Gotha y El capital, el cual quedó inconcluso.
La importancia histórica de Marx debe centrarse en tres conceptos: 1º. Concretización de la dialéctica hegeliana en el estudio de la historia, basándose en las relaciones económicas de los hombres (materialismo histórico). 2º. A un nivel más general, la creación de un método de interpretación del mundo partiendo de presupuestos puramente materiales y en función de una evolución constante y dialéctica (materialismo dialéctico). 3º. Dotó de un primer programa conciso y científico al movimiento obrero mundial.
Consideró que sólo puede eliminarse la explotación del hombre por el hombre a través de la organización para llegar al poder (“Proletarios del mundo, uníos”) y, en esta fase (dictadura del proletariado), abolir las clases sociales (cada quien aporta según sus capacidades y recibe según sus necesidades), lo que conduciría a la extinción del Estado (comunismo).
A la muerte de Marx, ocurrida el 14 marzo de 1883 en Londres, Engels asumió la dirección del movimiento marxista y completó y publicó el segundo y tercer tomos de El capital, en 1885 y 1889.
Las primeras inclinaciones de Carlos son inequívocamente literarias y sus actitudes puramente románticas. A los 17 años es enviado a estudiar derecho a la Universidad de Bonn, ciudad donde el joven llevó una vida borrascosa y alegre, llegando incluso a batirse en duelo. Regresó a Tréveris y poco después lo envió su padre a Berlín para seguir sus estudios. Allí se dedicó a la lectura intensamente y tomó contacto con la izquierda hegeliana. Su vocación seguía siendo literaria, pero empezó a captar algo que le impulsó en una búsqueda sin descanso, algo más importante que él y que no sabía qué era exactamente.
La crisis que se provocó en él a raíz de la enfermedad en la que cayó fue decisiva para su vida. Destruyó todos sus proyectos literarios y tomó plena conciencia de la contradicción existente entre la realidad y el ideal, y reaccionó contra la filosofía especulativa; le embargó plenamente el sentimiento que más tarde manifestó con las palabras: “Los filósofos han interpretado el mundo; hay que transformarlo”. Se sumió, en cambio, en el estudio del sistema hegeliano, del que asimiló la tendencia crítica proyectada hacia la religión, la sociedad y la cultura, y acabó asimilando el método dialéctico. Se planteó ante todo, una doble exigencia: la toma de contacto con la realidad concreta y la modificación activa de esta realidad; comprende que esto implica, necesariamente, una acción política.
En 1 841 obtiene el doctorado con una tesis sobre Demócrito y Epicuro. Siéndole cerradas las puertas de la enseñanza universitaria, se dedicó intensamente al periodismo y trabajó en la Rheinische Zehung, convirtiéndose en su director en 1842. Pero la revista es cerrada por el gobierno. A través de su fundador Hess, Marx captó la importancia del movimiento socialista.
En 1843, año en que se casó con Jenny, marchó a París, donde conoció a los socialistas seguidores de Fourier y Saint-Simon y emprende la crítica del hegelianismo, de la que quedará como válido el método dialéctico. Un año después conoció en París a Federico Engels. Allí comienza a enunciar su visión dialéctica de la historia a través de conceptos como la lucha de clases, así como sus ideas sobre las contradicciones internas del capitalismo. Estas concepciones provienen, al mismo tiempo, del estudio de los historiadores franceses, de la lectura de los socialistas utópicos, de las indicaciones de Engels acerca del capitalismo como estructura económica, y todo ello interpretado dialécticamente.
A partir de 1845, la vida de Marx y su familia es particularmente dura y mísera. La actividad de Carlos difiere esencialmente de la de otros revolucionarios como Bakunin o Blanqui: su estrategia y su táctica política se basan en el análisis teórico y científico. Pese a todo es objeto de detenciones y deportaciones. En 1847 entre él y Engels escriben el Manifiesto comunista, donde presentan una alternativa revolucionaria para resolver las contradicciones propias de la sociedad clasista.
En 1849 se estableció en Londres. De 1850 a 1860, Marx y su familia sufren extremas privaciones: varios de los hijos mueren por la miseria. Sin embargo, Marx no abandonó su actividad febril y Jenny no dejó de apoyarlo en todo momento. Pero las penalidades, el exceso de trabajo y la mala alimentación minaron la salud de Marx y a partir de 1871, su actividad decayó. En septiembre de 1864 había tomado parte organizativa en la formación de la Primera Internacional —a la que dotó de su objetivo principal: abolir el capitalismo—, y de 1865 a 1871 dedicó a ella todos sus esfuerzos. Sus escritos principales son La miseria de la filosofía, Manifiesto comunista, Crítica al programa de Gotha y El capital, el cual quedó inconcluso.
La importancia histórica de Marx debe centrarse en tres conceptos: 1º. Concretización de la dialéctica hegeliana en el estudio de la historia, basándose en las relaciones económicas de los hombres (materialismo histórico). 2º. A un nivel más general, la creación de un método de interpretación del mundo partiendo de presupuestos puramente materiales y en función de una evolución constante y dialéctica (materialismo dialéctico). 3º. Dotó de un primer programa conciso y científico al movimiento obrero mundial.
Consideró que sólo puede eliminarse la explotación del hombre por el hombre a través de la organización para llegar al poder (“Proletarios del mundo, uníos”) y, en esta fase (dictadura del proletariado), abolir las clases sociales (cada quien aporta según sus capacidades y recibe según sus necesidades), lo que conduciría a la extinción del Estado (comunismo).
A la muerte de Marx, ocurrida el 14 marzo de 1883 en Londres, Engels asumió la dirección del movimiento marxista y completó y publicó el segundo y tercer tomos de El capital, en 1885 y 1889.
domingo, 21 de junio de 2015
Biografia Corta de Gabriel Garcia Márquez
Escritor colombiano. Nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1928. Fue uno de los mayores representantes del llamado boom de la narrativa latinoamericana. Su obra combina el realismo testimonial con una fantasía rebosante de aliento poético y de sentido del humor.
Estudió Derecho en la Universidad de Colombia. En 1948 se trasladó a Cartagena, donde residió hasta 1950. Allí colaboró en diversos periódicos como articulista, entre ellos en El Universal y El Heraldo. En 1955 emprendió un viaje por Europa y se estableció en Italia, donde trabajó como reportero. En 1958 se instaló en Caracas, y desempeñó funciones de redactor en la revista Momento, además de colaborar en otras publicaciones. Alrededor de 1961 pasó a México, y allí dirigió varias revistas y escribió guiones para el cine. En 1967 viajó a España, y permaneció algunos años en Barcelona. Posteriormente, regresó a México.
Entre 1955 y 1962, García Márquez se dedicó preferentemente a escribir relatos y narraciones breves, entre las que destacan La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba -uno de sus mejores cuentos- y Los funerales de Mamá grande. En 1967 apareció Cien años de soledad, novela que lo consagra definitivamente como uno de los mejores escritores de la actualidad. La acción transcurre en el imaginario pueblo de Macondo, donde vive la familia Buendía, cuyas vivencias son relatadas con notable maestría por el escritor. Las pasiones de los personajes, la fuerza vital llena de humor y el transcurrir del tiempo son los elementos de los que se vale el autor para narrar esta compleja saga familiar.
En 1975 publicó El otoño del patriarca y en 1982, Crónica de una muerte anunciada, esta última una novela corta de género policíaco, aunque tratada con gran originalidad y en absoluto sometido a los convencionalismos arguméntales del género.
De 1985 data El amor en los tiempos del cólera, una novela de amor, como su título indica, y comparable en muchos aspectos a Cien años de soledad. La historia amorosa sobrevive al tiempo, lucha contra la edad y da pie a un minucioso análisis psicológico de los personajes.
Gabriel García Márquez está considerado uno de los escritores más hábiles y con más talento narrativo de los últimos tiempos. Posee el "arte de contar historias" y una inagotable inventiva. Su estilo, siempre sencillo pero a la vez rico en imágenes, está salpicado de un humor de gran poder de seducción. Fue Premio Nobel de Literatura en 1982. Murió en México el 17 de marzo del 2014, tras una larga lucha contra el cáncer linfático.
Estudió Derecho en la Universidad de Colombia. En 1948 se trasladó a Cartagena, donde residió hasta 1950. Allí colaboró en diversos periódicos como articulista, entre ellos en El Universal y El Heraldo. En 1955 emprendió un viaje por Europa y se estableció en Italia, donde trabajó como reportero. En 1958 se instaló en Caracas, y desempeñó funciones de redactor en la revista Momento, además de colaborar en otras publicaciones. Alrededor de 1961 pasó a México, y allí dirigió varias revistas y escribió guiones para el cine. En 1967 viajó a España, y permaneció algunos años en Barcelona. Posteriormente, regresó a México.
Entre 1955 y 1962, García Márquez se dedicó preferentemente a escribir relatos y narraciones breves, entre las que destacan La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba -uno de sus mejores cuentos- y Los funerales de Mamá grande. En 1967 apareció Cien años de soledad, novela que lo consagra definitivamente como uno de los mejores escritores de la actualidad. La acción transcurre en el imaginario pueblo de Macondo, donde vive la familia Buendía, cuyas vivencias son relatadas con notable maestría por el escritor. Las pasiones de los personajes, la fuerza vital llena de humor y el transcurrir del tiempo son los elementos de los que se vale el autor para narrar esta compleja saga familiar.
En 1975 publicó El otoño del patriarca y en 1982, Crónica de una muerte anunciada, esta última una novela corta de género policíaco, aunque tratada con gran originalidad y en absoluto sometido a los convencionalismos arguméntales del género.
De 1985 data El amor en los tiempos del cólera, una novela de amor, como su título indica, y comparable en muchos aspectos a Cien años de soledad. La historia amorosa sobrevive al tiempo, lucha contra la edad y da pie a un minucioso análisis psicológico de los personajes.
Gabriel García Márquez está considerado uno de los escritores más hábiles y con más talento narrativo de los últimos tiempos. Posee el "arte de contar historias" y una inagotable inventiva. Su estilo, siempre sencillo pero a la vez rico en imágenes, está salpicado de un humor de gran poder de seducción. Fue Premio Nobel de Literatura en 1982. Murió en México el 17 de marzo del 2014, tras una larga lucha contra el cáncer linfático.
Biografía de Juan Gutenberg
Inventor de la imprenta en Europa. Nació en Maguncia en el año de 1400. Hijo de una familia de patricios; no se sabe a ciencia cierta el motivo por el que cambió el apellido paterno: Gensfleisch, por el de Gutenberg.
Son escasas las noticias de su vida. En 1420 su familia se traslada a Estrasburgo a causa de los trastornos políticos acaecidos en aquellas fechas. En 1439 tiene lugar en esta ciudad un proceso judicial de gran importancia en la historia de la tipografía. Al parecer, Gutenberg había formado una sociedad con Hans Rifte para poner en marcha un taller en el cual desarrollar los procedimientos de impresión ideados por él. En 1438 entraron a formar parte del negocio Andrés Heilmann y Andrés Dritzehen. Al morir este último, sus herederos reclamaron la parte invertida por su pariente y sobrevino el pleito. De las declaraciones de los testigos en el juicio se deduce que al menos desde 1436, Gutenberg se hallaba ocupado en trabajos relacionados con la imprenta, que poseía varios moldes y una prensa y que llevaba estas actividades con un cierto secreto.
Entre 1441 y 1442 obtiene un préstamo para proseguir sus trabajos. En el registro de contribuyentes de Estrasburgo del año 1444 se halla inscrito en el gremio de plateros y batidores de oro, por lo que se supone que ensayaba grabando textos sobre láminas de metal. En 1448 regresa a Maguncia, pues recibe de un pariente un préstamo de 150 ducados que le permite proseguir sus trabajos.
En 1450 forma sociedad con Johann Fust, que le concedió dos préstamos de 800 ducados, con los que Gutenberg hipoteca su imprenta. Fust volvió a adelantarle dinero en 1452. Como el negocio no prosperó, exige a Gutenberg la devolución del capital con los intereses: en total unos 2,000 ducados. Ante la imposibilidad de cumplir los compromisos contraídos, el taller pasó a propiedad de Fust. Gutenberg presentó como testigos en el juicio a Bertold von Hanau y Heinrich Deffer, y el acreedor a su yerno Peter Schoeffer, con el que continuó realizando trabajos de impresión, llegando a publicar en Maguncia, en 1457, el Salterio Psalmorum Codex, primer libro impreso con fecha cierta y cuya primera parte es al parecer obra de Gutenberg. Estudios posteriores acerca de su vida permiten afirmar que continuó dedicándose a la imprenta, aunque no en taller propio; a esta época corresponde la impresión de la obra Catholicon, de Juan de Gauna, publicada en 1460.
En los últimos años de su vida, consciente de su mala fortuna en las empresas, no emprende ningún negocio y se acoge a la protección del arzobispo de Maguncia, Adolf, que le nombró "servidor y cortesano", atendiendo a los valiosos servicios de Johann Gutenberg, probablemente relacionados con el arte de la imprenta.
Aunque es difícil determinar qué obras salieron de los talleres de Gutenberg, la más importante que se le atribuye con propiedad es la famosa Biblia latina de 42 líneas, su primera obra completa. El texto fue impreso en latín antes de la aparición de las letras curvadas y en ella se dejaron espacios libres para las iniciales, que luego serían añadidas por amanuenses.
El hecho de que se conozca esta obra con este nombre se debe a que éste es el número de líneas de que constan la casi totalidad de columnas (dos por página) que forman el libro, compuesto de dos tomos de gran folio, de 324 y 319 páginas, respectivamente. La obra fue publicada en Maguncia en 1456, fecha que no plantea ninguna discusión, pues el ejemplar de la Biblioteca Nacional de París, que perteneció al cardenal Mazarino, fue terminado de miniar y encuadernar por un tal Enrique Cremer en esa época y es evidente que ningún otro taller tipográfico hubiera podido producir en esa fecha una obra de tanta importancia y extensión.
Se ha discutido y polemizado bastante acerca del papel, de Gutenberg en la invención de la imprenta, puesto que en el siglo XVII se consideraba inventor a Palmiro Castaldi, primer impresor de Milán, mientras que en Holanda se atribuía la paternidad del ingenio a Laurens Sanszoon Coster, quien parece ser el que realizó algunas impresiones con tipos movibles. No obstante, parece evidente que Gutenberg inventó el molde en que se fundieron los tipos, dando el paso fundamental en el que se habría de basar el descubrimiento de la imprenta. Gutenberg murió el 14 de febrero de 1468.
Son escasas las noticias de su vida. En 1420 su familia se traslada a Estrasburgo a causa de los trastornos políticos acaecidos en aquellas fechas. En 1439 tiene lugar en esta ciudad un proceso judicial de gran importancia en la historia de la tipografía. Al parecer, Gutenberg había formado una sociedad con Hans Rifte para poner en marcha un taller en el cual desarrollar los procedimientos de impresión ideados por él. En 1438 entraron a formar parte del negocio Andrés Heilmann y Andrés Dritzehen. Al morir este último, sus herederos reclamaron la parte invertida por su pariente y sobrevino el pleito. De las declaraciones de los testigos en el juicio se deduce que al menos desde 1436, Gutenberg se hallaba ocupado en trabajos relacionados con la imprenta, que poseía varios moldes y una prensa y que llevaba estas actividades con un cierto secreto.
Entre 1441 y 1442 obtiene un préstamo para proseguir sus trabajos. En el registro de contribuyentes de Estrasburgo del año 1444 se halla inscrito en el gremio de plateros y batidores de oro, por lo que se supone que ensayaba grabando textos sobre láminas de metal. En 1448 regresa a Maguncia, pues recibe de un pariente un préstamo de 150 ducados que le permite proseguir sus trabajos.
En 1450 forma sociedad con Johann Fust, que le concedió dos préstamos de 800 ducados, con los que Gutenberg hipoteca su imprenta. Fust volvió a adelantarle dinero en 1452. Como el negocio no prosperó, exige a Gutenberg la devolución del capital con los intereses: en total unos 2,000 ducados. Ante la imposibilidad de cumplir los compromisos contraídos, el taller pasó a propiedad de Fust. Gutenberg presentó como testigos en el juicio a Bertold von Hanau y Heinrich Deffer, y el acreedor a su yerno Peter Schoeffer, con el que continuó realizando trabajos de impresión, llegando a publicar en Maguncia, en 1457, el Salterio Psalmorum Codex, primer libro impreso con fecha cierta y cuya primera parte es al parecer obra de Gutenberg. Estudios posteriores acerca de su vida permiten afirmar que continuó dedicándose a la imprenta, aunque no en taller propio; a esta época corresponde la impresión de la obra Catholicon, de Juan de Gauna, publicada en 1460.
En los últimos años de su vida, consciente de su mala fortuna en las empresas, no emprende ningún negocio y se acoge a la protección del arzobispo de Maguncia, Adolf, que le nombró "servidor y cortesano", atendiendo a los valiosos servicios de Johann Gutenberg, probablemente relacionados con el arte de la imprenta.
Aunque es difícil determinar qué obras salieron de los talleres de Gutenberg, la más importante que se le atribuye con propiedad es la famosa Biblia latina de 42 líneas, su primera obra completa. El texto fue impreso en latín antes de la aparición de las letras curvadas y en ella se dejaron espacios libres para las iniciales, que luego serían añadidas por amanuenses.
El hecho de que se conozca esta obra con este nombre se debe a que éste es el número de líneas de que constan la casi totalidad de columnas (dos por página) que forman el libro, compuesto de dos tomos de gran folio, de 324 y 319 páginas, respectivamente. La obra fue publicada en Maguncia en 1456, fecha que no plantea ninguna discusión, pues el ejemplar de la Biblioteca Nacional de París, que perteneció al cardenal Mazarino, fue terminado de miniar y encuadernar por un tal Enrique Cremer en esa época y es evidente que ningún otro taller tipográfico hubiera podido producir en esa fecha una obra de tanta importancia y extensión.
Se ha discutido y polemizado bastante acerca del papel, de Gutenberg en la invención de la imprenta, puesto que en el siglo XVII se consideraba inventor a Palmiro Castaldi, primer impresor de Milán, mientras que en Holanda se atribuía la paternidad del ingenio a Laurens Sanszoon Coster, quien parece ser el que realizó algunas impresiones con tipos movibles. No obstante, parece evidente que Gutenberg inventó el molde en que se fundieron los tipos, dando el paso fundamental en el que se habría de basar el descubrimiento de la imprenta. Gutenberg murió el 14 de febrero de 1468.
sábado, 20 de junio de 2015
Biografia de Leucipo
Leucipo vivió el 450 al 370 a.C. Es considerado como discípulo de Parpénides o de Zenón de Elea y como maestro -o precursor- de Demócrito. Según algunos autores nació en Elea; según otros, en Abdera; según otros, en Mileto. Las noticias que se tienen a cerca de su vida y de su doctrina son, en verdad, tan escasas que ya en la antiguedad se dudaba de la existencia del filósofo.
Según Diógenes Laercio (IX, 31), Leucipo opinaba que el universo es infinito, que una parte del mismo está llena y otra vacía. La parte llena está constituida por "elementos": los átomos. Estos átomos son muy numerosos y giran en forma de torbellino, siendo así que los más ligeros se colocan en la superficie y los más pesados en el centro. Este movimiento de los átomos no tiene lugar, empero, al azar, sino siguiendo la razón y la necesidad.
Según Aristóteles, Leucipo mantuvo que mientras lo real en sentido estricto es algo lleno, este algo no es único, sino múltiple (en rigor, compuesto de un número infinito de elementos), produciéndose las cosas por unión de tales elementos en el vacío y destruyéndose las cosas por la separación de tales elementos dentro del vacío.
Así, con todo lo antedicho, según Aristóteles y después por Teofrasto, Leucipo formuló las primeras doctrinas atomistas, que serían desarrolladas posteriormente por Demócrito, Epicuro y Lucrecio. Asimismo, como dice Diógenes Laercio, no se puede ignorar el hecho de que Leucipo fue uno de los pensadores que consideró a la Luna como el astro más cercano a la Tierra y al Sol como el más alejado, reservando para el resto de los astros una posición intermedia entre aquéllos.
Según Diógenes Laercio (IX, 31), Leucipo opinaba que el universo es infinito, que una parte del mismo está llena y otra vacía. La parte llena está constituida por "elementos": los átomos. Estos átomos son muy numerosos y giran en forma de torbellino, siendo así que los más ligeros se colocan en la superficie y los más pesados en el centro. Este movimiento de los átomos no tiene lugar, empero, al azar, sino siguiendo la razón y la necesidad.
Según Aristóteles, Leucipo mantuvo que mientras lo real en sentido estricto es algo lleno, este algo no es único, sino múltiple (en rigor, compuesto de un número infinito de elementos), produciéndose las cosas por unión de tales elementos en el vacío y destruyéndose las cosas por la separación de tales elementos dentro del vacío.
Así, con todo lo antedicho, según Aristóteles y después por Teofrasto, Leucipo formuló las primeras doctrinas atomistas, que serían desarrolladas posteriormente por Demócrito, Epicuro y Lucrecio. Asimismo, como dice Diógenes Laercio, no se puede ignorar el hecho de que Leucipo fue uno de los pensadores que consideró a la Luna como el astro más cercano a la Tierra y al Sol como el más alejado, reservando para el resto de los astros una posición intermedia entre aquéllos.
Biografia de Demócrito
Demócrito de Abdera, Tracia (en la península de los Balcanes - al sureste de Europa), vivió el 460 al 370 antes de J. C. Fue discípulo de Leucipo. Al parecer, según cuenta Diógenes Laercio, realizó numerosos viajes, estudió con algunos magos y caldeos que el rey Jerjes dejó por maestros a su padre cuando se hospedó en su casa.
Demócrito es considerado una de las figuras más representativas del atomismo antiguo. Escribió numerosas obras. Entre las más importantes se destaca: “Pequeña Cosmología”, donde explica el mundo partiendo de las partículas más pequeñas, los átomos. Estos están sometidos a un movimiento en perpetuo espiral que no puede retrotraerse a origen alguno. Y en su obra “Reglas del Pensamiento”, Demócrito establece una separación entre el conocimiento que se adquiere a través de los sentidos, del que proviene de la razón, y que se considera el verdadero. Recibió la influencia de Anaxágoras y Leucipo, y su doctrina del alma tuvo una notable repercusión en la filosofía posterior.
Aunque estuvo en Atenas, no se relacionó con los filósofos áticos de su tiempo, por lo cual permaneció relativamente ignorado, bien que Aristóteles se refiera a él, lo mismo que a Leucipo, con el mismo detalle que a los demás presocráticos, en su Metafísica y en otras obras. Decía Aristóteles que Demócrito “no sólo parece haber pensado cuidadosamente en todos los problemas, sino haberse distinguido del resto [de los filósofos] por su método”.
Los argumentos de Demócrito son, según el Estagirita, apropiados a su tema y derivados del conocimiento de la Naturaleza, aun cuando resultan insuficientes por no haber tenido en cuenta los múltiples significados de ‘causa’ y de ‘movimiento’. Por eso, las teorías de Leucipo y Demócrito fueron, con todo, “las más consistentes “. Más que ningún otro filósofo anterior subraya Demócrito la incertidumbre de las impresiones sensibles, afirmando que su origen se halla en algo más fundamental que la sensación. Los principios que establece en su explicación del universo parecen ser una síntesis tanto de la doctrina eleática como de la de Heráclito: en vez del ser único y de la fluencia constante y perpetua establece Demócrito, en efecto, como “principios”, lo lleno y lo vacío, es decir, el “ser” y el “no ser”. El “ser” son los átomos, cuyo número es infinito, diferenciándose entre sí no por las cualidades sensibles, como las homeomerías de Anaxágoras, sino por su orden, figura y posición.
Los átomos son elementos cuyas determinaciones generales son geométricas y, por ende, cuantitativas; su movimiento se efectúa en el vacío, que es, por así decirlo, el lugar de los cambios, y no la simple nada, pues el vacío existe de un modo efectivo, aunque en forma distinta del ser sólido y lleno que son los átomos.
Ahora bien, el movimiento que tiene lugar en el vacío no es impulsado por una fuerza externa, que junta o disgrega las cosas, como el amor y el odio; los átomos son eternos e incausados porque son lo primero a partir de lo cual las cosas llegan a la existencia, pero su eternidad pertenece también a su movimiento, que se efectúa así de un modo enteramente mecánico, con un riguroso encadenamiento causal que no es un simple azar, pues “todo acontece por razón y necesidad”.
Los átomos constituyen el ser de “las cosas que son” y, por lo tanto, no sólo de las físicas, sino de las que parecen inmateriales, del alma que está compuesta de átomos de fuego, es decir, de átomos redondos impulsados por el más rápido movimiento. La solución dada por Demócrito es con ello una de las grandes soluciones clásicas al problema del ser y en particular al problema del devenir, solución tanto más aguda cuanto que conserva por partes iguales la necesidad racional de un ser inmóvil y la comprobación empírica de un mundo que se mueve. Y ello hasta tal punto, que los átomos de Demócrito parecen ser una partición del ser único de Parménides, el cual era evidentemente racional, pero no podía explicar en manera alguna el mundo de la opinión y del cambio. Al dividir ese ser Demócrito conserva su inteligibilidad sin contraponer violentamente ésta a la irracionalidad del cambio; de ahí que la doctrina de Demócrito haya sido una constante en toda la historia del pensamiento, en mucha mayor proporción de lo que puede hacer suponer la imagen que se da habitualmente de la filosofía griega, imagen que reduce el democritismo a una cualquiera de las diversas posiciones presocráticas.
Pero la importancia de Demócrito se manifiesta en el hecho de que su doctrina pasa muy pronto de ser una teoría sobre la realidad a ser una total concepción del mundo que incluye como una de sus partes esenciales la ética. En sus máximas, Demócrito basa la virtud en el equilibrio interno entre el tumulto de las pasiones. Este equilibrio puede conseguirse mediante el saber y la prudencia, que enseñan cómo hay que vivir, esto es, cómo hay que conseguir la felicidad, la cual no radica, por lo pronto, en los bienes externos, sino en la propia alma, que es “la más noble parte del hombre”.
Discípulos directos o indirectos de Demócrito son, entre otros, Metrodoro de Quíos, Anaxarco y Diógenes de Esmirna. El atomismo se enlazó posteriormente, por un lado, con el escepticismo pirrónico y, por otro, con el epicureismo.
Demócrito es considerado una de las figuras más representativas del atomismo antiguo. Escribió numerosas obras. Entre las más importantes se destaca: “Pequeña Cosmología”, donde explica el mundo partiendo de las partículas más pequeñas, los átomos. Estos están sometidos a un movimiento en perpetuo espiral que no puede retrotraerse a origen alguno. Y en su obra “Reglas del Pensamiento”, Demócrito establece una separación entre el conocimiento que se adquiere a través de los sentidos, del que proviene de la razón, y que se considera el verdadero. Recibió la influencia de Anaxágoras y Leucipo, y su doctrina del alma tuvo una notable repercusión en la filosofía posterior.
Aunque estuvo en Atenas, no se relacionó con los filósofos áticos de su tiempo, por lo cual permaneció relativamente ignorado, bien que Aristóteles se refiera a él, lo mismo que a Leucipo, con el mismo detalle que a los demás presocráticos, en su Metafísica y en otras obras. Decía Aristóteles que Demócrito “no sólo parece haber pensado cuidadosamente en todos los problemas, sino haberse distinguido del resto [de los filósofos] por su método”.
Los argumentos de Demócrito son, según el Estagirita, apropiados a su tema y derivados del conocimiento de la Naturaleza, aun cuando resultan insuficientes por no haber tenido en cuenta los múltiples significados de ‘causa’ y de ‘movimiento’. Por eso, las teorías de Leucipo y Demócrito fueron, con todo, “las más consistentes “. Más que ningún otro filósofo anterior subraya Demócrito la incertidumbre de las impresiones sensibles, afirmando que su origen se halla en algo más fundamental que la sensación. Los principios que establece en su explicación del universo parecen ser una síntesis tanto de la doctrina eleática como de la de Heráclito: en vez del ser único y de la fluencia constante y perpetua establece Demócrito, en efecto, como “principios”, lo lleno y lo vacío, es decir, el “ser” y el “no ser”. El “ser” son los átomos, cuyo número es infinito, diferenciándose entre sí no por las cualidades sensibles, como las homeomerías de Anaxágoras, sino por su orden, figura y posición.
Los átomos son elementos cuyas determinaciones generales son geométricas y, por ende, cuantitativas; su movimiento se efectúa en el vacío, que es, por así decirlo, el lugar de los cambios, y no la simple nada, pues el vacío existe de un modo efectivo, aunque en forma distinta del ser sólido y lleno que son los átomos.
Ahora bien, el movimiento que tiene lugar en el vacío no es impulsado por una fuerza externa, que junta o disgrega las cosas, como el amor y el odio; los átomos son eternos e incausados porque son lo primero a partir de lo cual las cosas llegan a la existencia, pero su eternidad pertenece también a su movimiento, que se efectúa así de un modo enteramente mecánico, con un riguroso encadenamiento causal que no es un simple azar, pues “todo acontece por razón y necesidad”.
Los átomos constituyen el ser de “las cosas que son” y, por lo tanto, no sólo de las físicas, sino de las que parecen inmateriales, del alma que está compuesta de átomos de fuego, es decir, de átomos redondos impulsados por el más rápido movimiento. La solución dada por Demócrito es con ello una de las grandes soluciones clásicas al problema del ser y en particular al problema del devenir, solución tanto más aguda cuanto que conserva por partes iguales la necesidad racional de un ser inmóvil y la comprobación empírica de un mundo que se mueve. Y ello hasta tal punto, que los átomos de Demócrito parecen ser una partición del ser único de Parménides, el cual era evidentemente racional, pero no podía explicar en manera alguna el mundo de la opinión y del cambio. Al dividir ese ser Demócrito conserva su inteligibilidad sin contraponer violentamente ésta a la irracionalidad del cambio; de ahí que la doctrina de Demócrito haya sido una constante en toda la historia del pensamiento, en mucha mayor proporción de lo que puede hacer suponer la imagen que se da habitualmente de la filosofía griega, imagen que reduce el democritismo a una cualquiera de las diversas posiciones presocráticas.
Pero la importancia de Demócrito se manifiesta en el hecho de que su doctrina pasa muy pronto de ser una teoría sobre la realidad a ser una total concepción del mundo que incluye como una de sus partes esenciales la ética. En sus máximas, Demócrito basa la virtud en el equilibrio interno entre el tumulto de las pasiones. Este equilibrio puede conseguirse mediante el saber y la prudencia, que enseñan cómo hay que vivir, esto es, cómo hay que conseguir la felicidad, la cual no radica, por lo pronto, en los bienes externos, sino en la propia alma, que es “la más noble parte del hombre”.
Discípulos directos o indirectos de Demócrito son, entre otros, Metrodoro de Quíos, Anaxarco y Diógenes de Esmirna. El atomismo se enlazó posteriormente, por un lado, con el escepticismo pirrónico y, por otro, con el epicureismo.
viernes, 19 de junio de 2015
Biografia de Juana de Arco
Santa francesa. Fue hija de humildes labradores. Nació en Domrémy el 6 de enero de 1412. A los 13 años empezó a tener apariciones de San Miguel Arcángel, Santa Catalina y Santa Margarita, que pocos años después le dijeron que levantara el asedio de Orleáns, para coronar al delfín en Reims y expulsar de Francia a los ingleses.
A los 16 años marchó a Vaucoleurs para buscar al capitán real Roberto de Braudicourt, que la rechazó enfurecido. Pero volvió en enero del año siguiente; nuevamente fue rechazada, hasta que su insistencia logró que el capitán le permitiera acudir a la Corte de Chinon para hablar con el delfín.
Allí le dijo al príncipe q u e era una enviada de Dios para expulsar de Francia a los ingleses y coronarle rey en Reims; aseguró que sus voces le habían dicho que el delfín era hijo legítimo del anterior rey, Carlos VI, y le rogó encarecidamente la dejara ir a Orleáns. Por aquellos días, se estaba reclutando en Blois un ejército que debía aprovisionar a la ciudad cercada y presentar batalla a los ingleses. Pero antes de tomar una decisión, el delfín la mandó llevar a Poitiers para ser examinada por un tribunal eclesiástico, que certificó su humildad, virginidad (había hecho votos de castidad) y sus firmes creencias religiosas. Dio el rey su conformidad y Juana se unió al ejército.
El 8 de mayo de 1429 logró la victoria, Carlos VII fue coronado rey el 17 julio del mismo año. Atacó París en contra del soberano y fue derrotada y herida el 8 de septiembre. El 23 de mayo de 1430, en un ataque desde Compiégne a los ingleses, fue capturada por los borgoñeses, quienes la vendieron a los extranjeros por 10,000 ducados.
Ahí comenzó contra ella un juicio eclesiástico casi de carácter inquisitorial para demostrar su práctica de la brujería y así aseverar la ¡legitimidad de Carlos VII. El largo proceso empezó en febrero de 143; el presidente del tribunal era Pierre Cauchon, enemigo acérrimo de Carlos VII. Cuando el 24 de mayo iba a ser quemada, se retractó de sus afirmaciones; pocos días después se arrepintió de su debilidad y volvió a sostenerlas. Murió en la hoguera.
Fue beatificada en 1909 y canonizada en 1920. Para Francia el 10 de julio es día de fiesta nacional por conmemorar a esta heroína.
A los 16 años marchó a Vaucoleurs para buscar al capitán real Roberto de Braudicourt, que la rechazó enfurecido. Pero volvió en enero del año siguiente; nuevamente fue rechazada, hasta que su insistencia logró que el capitán le permitiera acudir a la Corte de Chinon para hablar con el delfín.
Allí le dijo al príncipe q u e era una enviada de Dios para expulsar de Francia a los ingleses y coronarle rey en Reims; aseguró que sus voces le habían dicho que el delfín era hijo legítimo del anterior rey, Carlos VI, y le rogó encarecidamente la dejara ir a Orleáns. Por aquellos días, se estaba reclutando en Blois un ejército que debía aprovisionar a la ciudad cercada y presentar batalla a los ingleses. Pero antes de tomar una decisión, el delfín la mandó llevar a Poitiers para ser examinada por un tribunal eclesiástico, que certificó su humildad, virginidad (había hecho votos de castidad) y sus firmes creencias religiosas. Dio el rey su conformidad y Juana se unió al ejército.
El 8 de mayo de 1429 logró la victoria, Carlos VII fue coronado rey el 17 julio del mismo año. Atacó París en contra del soberano y fue derrotada y herida el 8 de septiembre. El 23 de mayo de 1430, en un ataque desde Compiégne a los ingleses, fue capturada por los borgoñeses, quienes la vendieron a los extranjeros por 10,000 ducados.
Ahí comenzó contra ella un juicio eclesiástico casi de carácter inquisitorial para demostrar su práctica de la brujería y así aseverar la ¡legitimidad de Carlos VII. El largo proceso empezó en febrero de 143; el presidente del tribunal era Pierre Cauchon, enemigo acérrimo de Carlos VII. Cuando el 24 de mayo iba a ser quemada, se retractó de sus afirmaciones; pocos días después se arrepintió de su debilidad y volvió a sostenerlas. Murió en la hoguera.
Fue beatificada en 1909 y canonizada en 1920. Para Francia el 10 de julio es día de fiesta nacional por conmemorar a esta heroína.
Biografia Resumida de Aristoteles
Filósofo griego de gran importancia para la humanidad. Nació en 384 a.C. en Estagira, Macedonia. Su padre, Nicomano, fue médico personal del rey de Macedonia, Amnitas II, y por ello su situación social y económica fue siempre estable. Al morir su padre, Aristóteles fue adoptado por Próxenos de Atarnes, con quien vivió hasta el año 367 a.C., cuando se marchó a Atenas para ingresar a la academia. Allí, su primer maestro fue Isócrates y después Platón.
Aristóteles siguió las enseñanzas de la academia hasta el año 347, en que murió Platón y le sucedió como director de la institución su sobrino Espeusipo. Fue entonces cuando en compañía de Teofrasto regresó a Próxenos, su tutor.
Gozó de la protección de Hermias, antiguo condiscípulo suyo que había llegado al poder en Atarnea, como tirano. Para ese entonces Aristóteles ya había escrito Eudemos y Protreptikos. Sin embargo, Hermias murió crucificado tras haber conspirado contra los persas.
Aliado con Filipo II de Macedonia, Aristóteles contrajo nupcias con Pitiade, sobrina e hija adoptiva del soberano muerto. El filósofo viajó a Mitilene (en la isla de Lesbos), donde se estableció e inició con Teofrasto investigaciones sobre biología.
En el 342 fue llamado por Filipo para encargarse de la formación y educación de su hijo Alejandro. Aristóteles se trasladó a Pella, a tal efecto, aprovechando la ocasión que le brindaba para publicar la Iliada y conseguir la reconstrucción de las murallas de Estagira.
La influencia que ejerció el filósofo sobre Alejandro fue de gran importancia. A ella, más tarde, se deberá el fenómeno del helenismo y de la expansión de la cultura griega por todo Oriente. No obstante, Alejandro no asimiló los fundamentos políticos de la civilización de la Hélade, rechazando el concepto de ciudad-Estado como base de un sistema de gobierno.
Tras la batalla de Queronea, en el 335, Aristóteles regresó a Atenas, donde fundó el Liceo, así llamado por encontrarse cerca del templo de Apolo Licio, iniciando así la carrera docente con independencia de la academia platónica. Pronto sus alumnos recibieron el nombre de peripatéticos, por tomar las clases mientras paseaban por el jardín y el perípato (especie de galería columnada). Dos cursos simultáneos y diferentes se daban en el Liceo: uno por la mañana para los adelantados, y otro por la tarde, para quienes se iniciaban. Las necesidades del espacio obligaron a Aristóteles a alquilar un inmueble próximo donde fue reuniendo una biblioteca junto con una importante colección de mapas y material para el estudio de la historia natural, así como un archivo, en el que entre otros documentos, se recogieron las constituciones de gran parte de las ciudades griegas.
En el 325 Alejandro Magno ejecutó a Calistenes, sobrino y colaborador de Aristóteles, lo que ocasionó la ruptura entre el filósofo y el soberano. Pese a esto, a la muerte de Alejandro en el año de 323, los sectores antimacédonicos atenienses acusaron de impiedad a Aristóteles y de haber colaborado en la destrucción del sistema griego en pro de un imperio unificador y centralista. Por tal motivo, Aristóteles se tuvo que marchar a Calcis de Eubea. Allí murió en el año 322, víctima de una enfermedad estomacal. Teofrasto le sucedió en la dirección del Liceo y la biblioteca.
Entre las obras más importantes de Aristóteles se cuentan: El Órganon, tratado de lógica; la Física, la Metafísica, los tratados de Moral, la gran Ética, la Política, la Retórica, entre otras. El pensamiento de este filósofo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización Occidental y como inspiración latente de todo tipo de ciencia, filosofía y planteamiento racional.
Aristóteles siguió las enseñanzas de la academia hasta el año 347, en que murió Platón y le sucedió como director de la institución su sobrino Espeusipo. Fue entonces cuando en compañía de Teofrasto regresó a Próxenos, su tutor.
Gozó de la protección de Hermias, antiguo condiscípulo suyo que había llegado al poder en Atarnea, como tirano. Para ese entonces Aristóteles ya había escrito Eudemos y Protreptikos. Sin embargo, Hermias murió crucificado tras haber conspirado contra los persas.
Aliado con Filipo II de Macedonia, Aristóteles contrajo nupcias con Pitiade, sobrina e hija adoptiva del soberano muerto. El filósofo viajó a Mitilene (en la isla de Lesbos), donde se estableció e inició con Teofrasto investigaciones sobre biología.
En el 342 fue llamado por Filipo para encargarse de la formación y educación de su hijo Alejandro. Aristóteles se trasladó a Pella, a tal efecto, aprovechando la ocasión que le brindaba para publicar la Iliada y conseguir la reconstrucción de las murallas de Estagira.
La influencia que ejerció el filósofo sobre Alejandro fue de gran importancia. A ella, más tarde, se deberá el fenómeno del helenismo y de la expansión de la cultura griega por todo Oriente. No obstante, Alejandro no asimiló los fundamentos políticos de la civilización de la Hélade, rechazando el concepto de ciudad-Estado como base de un sistema de gobierno.
Tras la batalla de Queronea, en el 335, Aristóteles regresó a Atenas, donde fundó el Liceo, así llamado por encontrarse cerca del templo de Apolo Licio, iniciando así la carrera docente con independencia de la academia platónica. Pronto sus alumnos recibieron el nombre de peripatéticos, por tomar las clases mientras paseaban por el jardín y el perípato (especie de galería columnada). Dos cursos simultáneos y diferentes se daban en el Liceo: uno por la mañana para los adelantados, y otro por la tarde, para quienes se iniciaban. Las necesidades del espacio obligaron a Aristóteles a alquilar un inmueble próximo donde fue reuniendo una biblioteca junto con una importante colección de mapas y material para el estudio de la historia natural, así como un archivo, en el que entre otros documentos, se recogieron las constituciones de gran parte de las ciudades griegas.
En el 325 Alejandro Magno ejecutó a Calistenes, sobrino y colaborador de Aristóteles, lo que ocasionó la ruptura entre el filósofo y el soberano. Pese a esto, a la muerte de Alejandro en el año de 323, los sectores antimacédonicos atenienses acusaron de impiedad a Aristóteles y de haber colaborado en la destrucción del sistema griego en pro de un imperio unificador y centralista. Por tal motivo, Aristóteles se tuvo que marchar a Calcis de Eubea. Allí murió en el año 322, víctima de una enfermedad estomacal. Teofrasto le sucedió en la dirección del Liceo y la biblioteca.
Entre las obras más importantes de Aristóteles se cuentan: El Órganon, tratado de lógica; la Física, la Metafísica, los tratados de Moral, la gran Ética, la Política, la Retórica, entre otras. El pensamiento de este filósofo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización Occidental y como inspiración latente de todo tipo de ciencia, filosofía y planteamiento racional.
Biografía de Mahatma Gandhi
Filósofo y político hindú. De noble familia practicante del brahmanismo. Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar. Contrajo matrimonio a los 12 años, mientras cursaba estudios en el Colegio Colonial. Se marchó a Londres, donde cursó la carrera de derecho para volver a su patria en 1891. Fue nombrado abogado del Tribunal Supremo en Bombay. Viajó dos años después a África del sur, donde residen miles de sus compatriotas. Tomó allí conciencia del problema racial y fundó el periódico Opinión, publicado en inglés y en tres dialectos indios.
Desde este organismo abordó el problema del racismo con una fórmula esencialmente hinduista, “la no violencia”. En 1906, su sistema Satyagraha de defensa, por encima de todo, de la verdad y de la justicia a mediante la resistencia pasiva, pudo más que la actitud militarista del gobierno británico: Gandhi fue apresado, pero las restricciones discriminatorias desaparecieron en poco tiempo.
En 1914 regresó a la India. Para ese entonces ya comienza a recibir el nombre de Mahatma (alma grande) por sus compatriotas. Su propósito era bien definido entonces: la independencia de su país. Trabajó primeramente por la unidad del pueblo indio entre hindúes y musulmanes sin muchos resultados positivos y encabezó en 1918 el movimiento nacionalista con el constante llamamiento a la desobediencia civil, a la resistencia pasiva una vez más, e insistiendo en una rotunda negativa a la occidentalización. Trabajó también por la abolición de las castas sociales para resumirlas en cuatro con arreglo a sus funciones y no a sus privilegios: los sacerdotes, los militares, los comerciantes y los trabajadores manuales, sin ningún tipo de jerarquía entre ellas.
Su oponente era Tilak, quien creía que sólo el levantamiento armado conseguiría la libertad para la India. Dirigió una insurrección en abril de 1919 en la que consiguió movilizara más de medio millón de habitantes; la rebelión fue sangrientamente aplastada.
Gandhi ya había iniciado sus ayunos de protesta y demás medidas pacíficas, al mismo tiempo políticas y ascéticas.
En 1921 es elegido presidente del Congreso Nacional indio y al año siguiente es condenado a prisión por las autoridades británicas, que sólo pueden retenerle dos años encarcelado por las presiones que las masas habían realizado, según el aprendizaje recibido de Mahatma. La no colaboración con el poder, la pasividad, la no violencia, comienzan a dar resultados: el mercado textil de Inglaterra en la India decae alarmantemente, las propuestas británicas de reforma son en absoluto desoídas, las factorías coloniales se paralizan y los impuestos dejan de pagarse.
Pero no todo el Congreso pensaba como Gandhi y amplios sectores de la población querían soluciones rápidas. Tras sus inútiles visitas a Londres y sus no menos inútiles tratados de autonomía con el gobierno inglés, Gandhi dimite, en 1934, de la presidencia del Congreso y se retira de éste.
Le sucedieron Chandra Bose y Nehru. Gandhi siguió siendo, sin embargo, un gran símbolo para las masas populares. La independencia se negoció y al fin pudo conseguirse mediante concesiones y políticas de altas esferas. Hindúes y musulmanes seguían en oposición y, en consecuencia, la cuestión pakistaní permaneció latente.
La guerra civil estalló inevitablemente en 1947 y Gandhi inició una y uno que sólo concluiría cuando acabara el enfrentamiento armado. Mahatma consiguió su propósito, pero murió en 1948 como consecuencia de los tres disparos de revólver que un hindú fanático le dirigió cuando se disponía a realizar sus oraciones.
Desde este organismo abordó el problema del racismo con una fórmula esencialmente hinduista, “la no violencia”. En 1906, su sistema Satyagraha de defensa, por encima de todo, de la verdad y de la justicia a mediante la resistencia pasiva, pudo más que la actitud militarista del gobierno británico: Gandhi fue apresado, pero las restricciones discriminatorias desaparecieron en poco tiempo.
En 1914 regresó a la India. Para ese entonces ya comienza a recibir el nombre de Mahatma (alma grande) por sus compatriotas. Su propósito era bien definido entonces: la independencia de su país. Trabajó primeramente por la unidad del pueblo indio entre hindúes y musulmanes sin muchos resultados positivos y encabezó en 1918 el movimiento nacionalista con el constante llamamiento a la desobediencia civil, a la resistencia pasiva una vez más, e insistiendo en una rotunda negativa a la occidentalización. Trabajó también por la abolición de las castas sociales para resumirlas en cuatro con arreglo a sus funciones y no a sus privilegios: los sacerdotes, los militares, los comerciantes y los trabajadores manuales, sin ningún tipo de jerarquía entre ellas.
Su oponente era Tilak, quien creía que sólo el levantamiento armado conseguiría la libertad para la India. Dirigió una insurrección en abril de 1919 en la que consiguió movilizara más de medio millón de habitantes; la rebelión fue sangrientamente aplastada.
Gandhi ya había iniciado sus ayunos de protesta y demás medidas pacíficas, al mismo tiempo políticas y ascéticas.
En 1921 es elegido presidente del Congreso Nacional indio y al año siguiente es condenado a prisión por las autoridades británicas, que sólo pueden retenerle dos años encarcelado por las presiones que las masas habían realizado, según el aprendizaje recibido de Mahatma. La no colaboración con el poder, la pasividad, la no violencia, comienzan a dar resultados: el mercado textil de Inglaterra en la India decae alarmantemente, las propuestas británicas de reforma son en absoluto desoídas, las factorías coloniales se paralizan y los impuestos dejan de pagarse.
Pero no todo el Congreso pensaba como Gandhi y amplios sectores de la población querían soluciones rápidas. Tras sus inútiles visitas a Londres y sus no menos inútiles tratados de autonomía con el gobierno inglés, Gandhi dimite, en 1934, de la presidencia del Congreso y se retira de éste.
Le sucedieron Chandra Bose y Nehru. Gandhi siguió siendo, sin embargo, un gran símbolo para las masas populares. La independencia se negoció y al fin pudo conseguirse mediante concesiones y políticas de altas esferas. Hindúes y musulmanes seguían en oposición y, en consecuencia, la cuestión pakistaní permaneció latente.
La guerra civil estalló inevitablemente en 1947 y Gandhi inició una y uno que sólo concluiría cuando acabara el enfrentamiento armado. Mahatma consiguió su propósito, pero murió en 1948 como consecuencia de los tres disparos de revólver que un hindú fanático le dirigió cuando se disponía a realizar sus oraciones.
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